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  • ¿Se puede amamantar a un bebé si la madre es sospechosa de COVID-19?

    Es importante mencionar que la leche humana es en definitiva el alimento excluviso para cualquier niño recién nacido hasta 6 meses y complementario con otros alimentos hasta los dos años o más. Las propiedades nutricionales, inmunológicas y componentes bio-activos que no se encuentran en ningún tipo de leche ayuda a protegerlos de enfermedades infecciosas como neumonía, COVID-19, otitis, diarreas, entre otras.

    La respuesta concreta a la pregunta al inicio de este escrito, es que sí, la madre aún siendo sospechosa de portadora de COVID-19 con síntomas leves, la lactancia sigue siendo la opción más razonable. A continuación te presentamos las medidas a seguir:

    1. Se recomienda cubrebocas y el lavado continuo de manos en cada contacto con el bebé (con jabón y agua por al menos 20 segundos o con desinfectante entre 60 y 90% de alcohol). Por lo menos por 5-7 días hasta que las secreciones respiratorias hayan disminuido o desaparecido.
    2. Si la madre se está extrayendo la leche, igual se recomienda el uso del cubrebocas y limpieza de manos, además de la limpieza normal de la bomba de extracción que se utilice. Considerar de ser posible que alguien más alimente al bebé con la leche materna extraída. Se recomienda permanecer en habitaciones separadas incluyendo al lactante.

    Te compartimos un video educativo para la práctica en la extracción de leche materna
    https://www.youtube.com/watch?v=Mf3yyLOuymY&app=desktop

    Fuente: www.insp.mx

  • ¿Leche materna o fórmula?

    La leche materna está compuesta principalmente por: agua, proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, entre otros. El agua compone la leche en un 88%, lo que permite que sea de fácil digestión para el bebé y que reciba todos los electrolitos que necesita.

    Entre todas las leches, la leche humana contiene la menor cantidad de proteína, dicha cantidad es la ideal ya que el riñón del lactante se encuentra en desarrollo y no debe de sobrecargarse de proteína. Esa misma cantidad favorece el desarrollo y crecimiento del niño.

    El principal carbohidrato de la leche es la lactosa. La leche humana tiene un alto contenido de la misma, 7 g/dL, ésta provee el 40% de la energía y cumple con algunas otras funciones como facilitar la absorción del hierro y calcio, y promover la colonización intestinal de la microbiota (probióticos).

    Lo primordial, al comparar la leche materna con las fórmulas lácteas es que, a través de la lactancia materna el niño o niña recibe células vivas y activas que ayudan a combatir enfermedades, permiten la maduración de todos los órganos, tejidos y prepara la alimentación natural posterior.

    Se han evaluado en diversas publicaciones la cantidad de inmunoglobulinas, el aporte de células inmunitarias vivas, presencia de oligoelementos, prebióticos que indican que mientras se mantiene la lactancia materna exclusiva la población de linfocitos permanece elevada con capacidad para defender al niño o niña pero no así con el uso de fórmulas artificiales. (1)

    Conclusión:

    Existen circunstancias en las que es imposible que la madre lacte, en estos casos las fórmulas que existen hoy en día son una buena elección para mantener un estado de nutrición adecuado en los bebés. Sin embargo, siempre que se pueda elegir,  la leche materna es la opción principal para una nutrición y desarrollo completo del recién nacido.


    Fuentes:
    1. Lactancia Materna vs Nuevas Fórmulas Lácteas Artificiales: Evaluación del Impacto en el Desarrollo, Inmunidad, Composición Corporal en el Par Madre/Niño
    Shellhorn C, Valdés V. La Leche Humana, Composición, Beneficios Y Comparación. Chile. De: Manual de Lactancia para Profesionales de la Salud. Comisión de Lactancia Ministerio de Salud, UNICEF; 1995.
  • Alimentación de mamá durante la lactancia

    La lactancia es un periodo de la vida en el que la madre ofrece al recién nacido un alimento que le proporciona nutrición óptima: la leche materna.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) recomienda la alimentación exclusiva con lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida y continuarlo junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad.

    Por esta razón es sumamente importante que la madre lactante modifiqué su alimentación para cubrir de forma óptima sus necesidades y las del recién nacido, sin riesgo alguno en la salud de ambos.

    La  riqueza  nutricional de la leche implica un gran esfuerzo metabólico que debe mantenerse durante un periodo largo. Este esfuerzo se traduce en necesidades específicas de nutrientes para la madre.

    Hoy en día sabemos que la alimentación de la madre no sólo influye en la cantidad de leche producida sino que también en su composición.

    Como mamá, es indispensable que tu alimentación esté compuesta por los siguientes grupos de alimentos:

    • Ácidos grasos

    La calidad de la grasa ingerida por la madre repercute en la leche materna y por consiguiente en la ingesta del bebé. Se ha asociado la ingesta de ácidos grasos omega 3 y omega 6 al desarrollo neuronal del bebé durante el primer año de vida. Hay que tener una ingesta de grasas de calidad eligiendo pescados grasos, frutos secos, aguacate y aceite de oliva en lugar de mantequillas, natas y carnes rojas.

    • Frutas y verduras

    Son alimentos ricos en vitaminas hidrosolubles (solubles en agua). La leche depende del contenido de estas vitaminas por lo tanto, este grupo de alimentos debe ser prioridad de la madre en sus tiempos de comida.

    • Proteína.

    La cantidad de proteínas que contiene la leche puede verse afectada si la madre está desnutrida. En los primeros 6 meses de lactancia exclusiva, la madre debe consumir alrededor de 500 kcal más y una porción extra de proteína.

    Después de los 6 meses se reduce a 400 kcal extra por día y 12 gramos de proteína.

    • Lácteos

    Cuatro raciones de productos lácteos al día fortificados con vitamina A y D ayudan a lograr una ingesta adecuada de calorías, proteínas, vitamina D y calcio.

    • Hidratación

    Hay que mantener una buena hidratación, ya que la cantidad de leche depende de la hidratación de la madre. En general se deben consumir aproximadamente 2 ½ a 3 litros al día.

    La calidad de los alimentos consumidos por la madre tiene consecuencias directas en el volumen, composición y propiedades organolépticas (sabor y olor) de la leche.

    Alimentos como: alcachofas, coles, rábanos, ajos, cebollas y especias picantes o irritantes (pimienta, pimentón, mostaza, etc.) pueden transmitir un sabor fuerte a la leche.


    Fuentes:
    Brown J. Nutrición en las diferentes etapas de la vida (3a. ed.). Distrito Federal: McGraw-Hill Interamericana; 2008.