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  • Nutrición y enfermedad fibroquística de mama

    La enfermedad fibroquística de mama, es relativamente frecuente; se estima que esta condición se presenta clínicamente en un 50% de las mujeres e histológicamente (por anotomía microscópica) en un 90%.

    La mama se compone de tejido adiposo (grasa), glándulas y tejido fibroso. Mientras que, en la enfermedad fibroquística de mama existen cambios en tales estructuras, presentándose un tejido mamario de consistencia irregular, densa y con bultos. Cabe resaltar que tales cambios son benignos; es decir, no se relacionan con cáncer ni incrementan el riesgo de padecerlo.

    Los mecanismos responsables de la enfermedad fibroquística de mama, son inciertos. Sin embargo, se ha propuesto, que es causada por un desequilibrio hormonal y cambios hormonales en el ciclo menstrual, caracterizado por una deficiencia de progesterona (hormona producida por el ovario), excesiva producción de estrógenos (hormona producida por el ovario que es derivada del colesterol) y producción anormal de prolactina (hormona que estimula la secreción de leche).

    Las manifestaciones clínicas de la enfermedad fibroquística de mama pueden incluir nódulos mamarios (difusos o localizados), quistes, hinchazón, sensibilidad y dolor de mamas.

    En ocasiones no se requiere tratamiento farmacológico, mientras que algunas mujeres se ven beneficiadas con terapia de reemplazo hormonal; la cual mejora los síntomas de la menopausia al regular el desequilibrio hormonal.

    Intervención nutricia

    • Restricción metilxantinas
      La ingesta de metilxantinas; incluyendo té con cafeína, refrescos con cafeína, cacao, chocolate y café se han asociado con la enfermedad fibroquística mamaria. Por lo que su restricción podrían coadyuvar en el tratamiento.
    • Vitamina E
      Se ha propuesto que la vitamina E  promueve alivio en el dolor de mama y la formación de nódulos.
    • Vitamina B6
      Es ampliamente recomendada para dolor el y sensibilidad de mamas durante el síndrome premenstrual.
    • Dieta baja en grasas
      Reducir la ingesta de grasas de un 15-20% de la energía total, se ha sugerido como una posible estrategia de tratamiento, considerando que una dieta alta en grasa se asocia con altos niveles de estrógenos y colesterol; y por ende un desequilibrio hormonal. De tal manera, que una dieta baja en grasa, reduce los niveles de estrógenos y la densidad de las mamas. Sin embargo, no existe evidencia científica sobre su eficacia en el tratamiento de la enfermedad fibroquística de mama.
    • Dieta alta en fibra
      Una dieta alta en fibra (30 gr/día) podría modular la producción hormonal de estrógenos, al incrementar la excreción fecal de estrógenos a través de la circulación enterohepática (proceso de secreción y absorción de sales biliares desde el hígado hacia el intestino).
    • Isoflavonas de soya
      Los alimentos con soya, son la principal fuente de Isoflavonas; y aunque se desconoce el mecanismo de acción, podría disminuir el dolor de mamas y regular los niveles de estrógenos.

    Por último, cabe señalar que la evidencia científica hasta el momento, es insuficiente para concluir que las intervenciones nutricias previas, son eficaces para el tratamiento de la enfermedad fibroquística de mama. La autoexploración, la elección de un estilo de vida saludable y realizar actividad física es el camino para la prevención. ¡Asiste con tu ginecóloga de confianza!


    Referencia bibliográfica: Horner, N y  Lampe. Potential mechanisms of diet therapy for fibrocystic breast conditions show inadequate evidence of effectiveness. Journal of the American Dietetic Association 2000: 100(11), 1368-1380.

  • ¿Que diferencia existe entre IMC y composición corporal?

    De los indicadores antropométricos que un nutriólogo evalúa para realizar un plan de alimentación personalizado, es el Índice de Masa Corporal (IMC) y un análisis de composición corporal. A partir de estos indicadores se plantean metas a corto y largo plazo, dependiendo de la edad, patologías de  base y objetivos particulares de cada paciente. 

    El IMC se calcula dividiendo el peso en kilogramos entre dos veces la estatura en metros  (IMC = peso (Kg) / estatura2 (m)) y se utiliza para clasificar sobrepeso y obesidad en adultos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, un adulto presenta sobrepeso cuando el IMC es igual o superior a 25 y la obesidad como un IMC igual o superior a .30, por lo que es de mucha utilidad en la práctica clínica.  En niños, para clasificar el sobrepeso y obesidad el IMC se percentila en tablas, cuando el  percentil es mayor o igual a 85 se clasifica como sobrepeso y cuando es mayor o igual a 95 como obesidad.

    Tabla 1. Clasificación del IMC en adultos
    Tabla 2. Clasificación del IMC en niños por percentiles.

    Además, el IMC posee una utilidad predictiva para determinados trastornos cardiovasculares tanto en niños como adultos, estableciéndose una asociación entre el IMC y factores de riesgo cardiovascular como lípidos elevados en sangre e hipertensión. 

    Sin embargo, el IMC no determina la composición corporal, debido a que en su fórmula considera el peso corporal total, el cual está determinado por agua, grasa, músculo, órganos internos y huesos; por ende el IMC no hace diferencia entre la grasa corporal y la masa muscular.

    Figura 1. Niveles de composición corporal

    El peso es una mezcla de diferentes tejidos en proporciones variables, las cuales no pueden ser determinadas mediante una báscula común, para ello, es necesario realizar un análisis de composición corporal mediante bioimpedancia, a través de un equipo profesional de alta precisión.

    La bioimpedancia es la capacidad en los tejidos de presentar una resistencia al paso de la corriente eléctrica, esta oposición depende de la concentración de agua en los tejidos. Entre mayor proporción de masa muscular, habrá mayor resistencia, debido a que el músculo es el tejido con mayor concentración de agua.


    Referencias Bibliográficas 
    1- Organización Mundial de la Salud. 10 datos sobre la obesidad. Disponible en: https://www.who.int/features/factfiles/obesity/facts/es/
    2-  González J (2013). Composición corporal: Estudio y utilidad clínica. Endocrinol Nutr. 60 (2): 69-75. 
    3- Bioimpedancia. Disponible en: https://www.composicion-corporal-inbody.com/bioimpedancia.html

  • Nutrición y sistema inmunológico. ¡Refuérzalo!

    El sistema inmune protege al cuerpo contra infecciones y otros agentes externos, mediante  barreras físicas (piel, revestimiento epitelial del aparato digestivo y respiratorio), químicas  (secreciones, moco y ácido gástrico), células inmunes y anticuerpos.
    La energía en forma de calorías  y los nutrientes que obtenemos a través de la alimentación ejercen un papel importante en el desarrollo y preservación del sistema inmune, por lo que cualquier desequilibrio nutricional, debido a una  ingesta excesiva o insuficiente, afecta la competencia e integridad de nuestras células y tejidos. 
    Varios micronutrientes son esenciales para la inmunocompetencia, particularmente vitaminas A, C, D, E, B2, B6 y B12, ácido fólico, hierro, selenio y zinc; su deficiencia predispone a ciertas infecciones e incluso agrava el curso clínico de la infección. Por lo tanto, existe una interacción bidireccional entre nutrición, infección e inmunidad, ya que un estado nutricional deficiente puede verse exacerbado por la respuesta inmune de la misma infección.

    Micronutrientes, fuentes alimentarias y su función en el sistema inmune

    • VITAMINA C
      Fuente: Limón, naranja, toronja, guayaba, tejocote, kiwi,  mango, melón, sandía, piña, fresas, frambuesas, moras, arándanos frescos.
      Función:
      • Antioxidante.
      • Promueve la síntesis de colágeno. 
      • Estimula producción y movimiento de leucocitos (glóbulos blancos que ayudan a combatir infecciones). 
      • Aumenta los niveles séricos de anticuerpos. 
      • Participa en actividades antimicrobianas.
    • VITAMINA D
      Fuente: Atún, salmón, leche, huevo, mantequilla y carnes.
      Función:
      • Estimula producción de células inmunes.
    • VITAMINA A
      Fuente: Hígado, leche, brócoli, verduras de hoja verde, pimiento,  calabaza, zanahoria, melón, mango, bacalao.
      Función:
      • Ayuda a mantener integra las células  de la mucosa.
      • Necesario para el funcionamiento correcto de leucocitos.
    • VITAMINA E
      Fuente: Almendra, avellana, semillas de girasol,  aceites vegetales (girasol, cártamo, maíz y soya), espinacas y brocoli.
      Función:
      • Potente función antioxidante.
      • Protege a la células del daño de los radicales libres.
    • VITAMINA B6
      Fuente: Pollo,  res, cerdo, atún, salmón, frijol, lentejas, nueces.
      Función:
      • Vital para la fabricación y el metabolismo de los aminoácidos (base de las proteínas).
      • Tiene un rol importante en la producción de anticuerpos.
    • VITAMINA B12
      Fuente: Carne de res, hígado, pescado, huevo, leche.
      Función:
      • Facilita la producción de linfocitos.
    • FOLATOS
      Fuente: Verduras de hoja verde, espárragos, coles de Bruselas, naranja, frijoles, lentejas, habas, hígado de res, tortillas de maíz.
      Función:
      • Importante para una respuesta adecuado de anticuerpos contra antígenos (químicos, bacteria, virus).
    • ZINC
      Fuente: Nueces, yema de huevo, carnes, pescado, hígado, pollo, sardinas y mariscos.
      Función:
      • Efecto antioxidante.
      • Ayuda a mantener la integridad de la piel y mucosas.
    • HIERRO
      Fuente: leguminosas, carne roja, verduras de hoja verde, ostras.
      Función:
      • Componente de enzimas críticas para el funcionamiento de las células inmunes.
    • COBRE
      Fuente: Mariscos, vísceras, leguminosas, nueces, papas, verduras de hoja verde.
      Función:
      • Propiedades antimicrobianas.
      • Rol importante en la producción de anticuerpos.
    • SELENIO
      Fuente: Mariscos, atún, pescado, carne roja, pollo, huevo, hígado.
      Función:
      • Rol importante en la producción de inmunoglobulinas (actúan como anticuerpos).

    De tal manera, que mantener un peso corporal saludable, evitar estados de desnutrición y/o pérdida de masa muscular, son estrategias clave para mantener y mejorar nuestro sistema inmunológico, mediante una ingesta suficiente de energía, proteínas y micronutrientes, a través de una dieta variada, equilibrada  y completa.

    REFERENCIAS  BIBLIOGRÁFICAS
    – Plaza L y López B. Nutrition and immune system disorders. Nutr Hosp 2017; 34(4):68-71
    – Pierre A y Calder P. Immune Function and Micronutrient Requirements Change over the Life. Nutrients 2018; 10: 1-27.

  • multivitamínicos: ¿son necesarios?

    ¿Son necesarios los multivitamínicos?

    De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), un multivitamínico se refiere a cualquier suplemento que contenga 3 o más vitaminas o minerales, y que NO incluyan hierbas, hormonas o fármacos. 

    Actualmente existe un mayor número de personas, especialmente los adultos mayores, que toman suplementos de vitaminas y minerales,  con el fin de mejorar o mantener un buen estado de salud y/o prevenir diferentes enfermedades (cardiovasculares, cáncer, deterioro cognitivo), mejorar el sistema inmunológico e incrementar el rendimiento físico o según lo que prometan los fabricantes.

    No obstante, la Ingesta Diaria Recomendada de vitaminas y minerales varia según la edad, el sexo y el estado de salud de cada paciente, por lo que en primera instancia es FUNDAMENTAL, que el médico tratante y nutriólogo realicen una evaluación clínica completa que incluya exámenes de sangre, para prescribir el micronutriente y la dosis recomendada de manera individualizada, sin superar el Límite Máximo de Ingesta Admisible. En general, los suplementos multivitamínicos y minerales contienen las cantidades recomendadas de nutrientes y no interactúan con los medicamentos, a excepción de los anticoagulantes, como la warfarina, ya que la vitamina K reduce la eficacia del fármaco.

    El Departamento  de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y el Departamento de Salud y de Servicios humanos reconoce que los suplementos que contienen ciertas combinaciones de nutrientes pueden ser beneficiosas para reducir los riesgos de algunas enfermedades crónicas. Pero también afirman que el uso excesivo de ciertos productos pueden ser potencialmente dañinos y aumentar la posibilidad de recibir  una cantidad excesiva de hierro, vitamina A, zinc y niacina. Durante el embarazo el exceso de vitamina A, puede aumentar el riesgo de defectos congénitos en el bebé. En el caso del hierro, cuando se excede el límite máximo, puede acumularse en órganos como el corazón e hígado. 

    Además de los pacientes con deficiencias clínicas de algún micronutriente, en donde la prescripción de un suplemento es necesaria.  Existen ciertas poblaciones que podrían beneficiarse de los multivitamínicos:

    1. Mujeres en etapa reproductiva: La suplementación de ácido fólico en mujeres en etapa reproductiva de 400 mcg/día, disminuye significativamente las anormalidades congénitas en el cerebro y columna vertebral del recién nacido. 
    2. Mujeres embarazadas:  Los requerimientos de micronutrientes se encuentran incrementados, en especial de hierro y ácido fólico. Se recomienda la suplementación para reducir el riesgo de aborto espontáneo,  bajo peso al nacer y bebé pequeño para la edad gestacional.
    3. Bebés: La vitamina K no es transportada por la placenta y las concentraciones de vitamina K en la leche materna son bajas, por lo que requieren de suplementación. De igual manera, durante el primer año de vida, la Academia Americana de Pediatría recomienda la suplementación de vitamina D. 
    4. Vegetarianos y veganos: A largo plazo, suelen presentar deficiencias de vitamina B12, hierro, vitamina D, zinc, omega 3 y calcio. 
    5. Adultos ≥75 años: En esta población la ingesta dietética suele disminuir significativamente  (<1600 Kcal/día), lo que dificulta cubrir con el requerimiento diario de micronutrientes y suelen presentar deficiencia de vitamina B12 y vitamina D. 

    En casos de enfermedad repentina o períodos de inadecuada ingesta en la diversidad de alimentos, un suplemento reduce el riesgo de deficiencias; sin embargo, un estilo de vida poco saludable y una mala dieta NUNCA podrán ser compensados por un multivitamínico.

    Finalmente, en personas SANAS, estudios científicos han mostrado que el uso de multivitamínicos que no excedan los Límites Máximos no aumenta la mortalidad  y su uso es seguro a largo plazo (mayor a 10 años); algunos protocolos de estudio han reportado náuseas, vómito, rash y sangrado en al nariz, como efectos adversos.  Sin embargo, los estudios científicos realizados hasta la fecha, suelen usar productos diferentes en dosis variables, lo que dificulta la comparación de sus resultados y por ello, NO ha sido posible formular recomendaciones a favor o en contra del uso de suplemento multivitamínico y/o mineral para mantenerse saludable por más tiempo.

    En conclusión, una baja ingesta de micronutrientes puede contribuir a desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo, sin embargo, NINGÚN multivitamínico tiene la capacidad de reemplazar los beneficios de un estilo de vida saludable. Hasta el momento la suplementación diaria de vitaminas y minerales en la población SANA, son SEGUROS,  pero no han mostrado aportar NINGÚN beneficio adicional. 

    REFERENCIA  BIBLIOGRÁFICA

    1. Biesalski H y  Tinz J. Multivitamin/mineral supplements: Rationale and safety. Nutrition 2017;  36: 60-66.
    2. National Institutes of Health. Datos sobre los suplementos multivitamínicos/minerales. Department of Health & Human Services: USA. 2016. Disponible en: https://ods.od.nih.gov/pdf/factsheets/MVMS-DatosEnEspanol.pdf
  • Dieta keto: lo que debes saber

    La dieta cetogénica (keto) tuvo sus inicios en 1920´s en pacientes con epilepsia, para reducir hasta en un 50% las convulsiones. Posteriormente investigaciones científicas mostraron que es una estrategia eficaz para perder peso, mejorar la memoria en pacientes con Alzheimer y mejorar la escala unificada de la enfermedad de Parkinson por la Sociedad de Trastornos del Movimiento (MDS- UPDRS). 

    El objetivo de la dieta cetogénica (keto), es limitar la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos (leche, yogurt, fruta, arroz, pastas, tortillas, leguminosas) de 20 a 50 gramos de carbohidratos totales por día (el aporte de fibra se excluye de la suma total), utilizar las reservas corporales de grasas como fuente alterna de energía, a través de la formación de cuerpos cetónicos, los cuales suministran energía al corazón y cerebro. Además al aumentar la producción de cuerpos cetónicos, se incrementan los niveles de leptina (disminuye el apetito) y disminuyen los niveles de grelina (aumenta el apetito), lo que permite regular el apetito y generar mayor saciedad; sin embargo, los mecanismos exactos aún no están claros. 

    Una característica de la dietas cetogénicas, son las grasas muy altas, considerando que el 80% del aporte energético total proviene de este grupo de alimentos. De manera tradicional, incluían ácidos grasos de cadena larga, como la carne, pescados azules, quesos, pescados grasos azules, aceite de oliva, aceite de soya, aceite de girasol y huevos; posteriormente, como una variación de las dietas cetogénicas se incluyeron  ácidos grasos de cadena media, como el aceite de coco, aceite de palma y aguacate, ya que tienen una mayor palatabilidad y producen una mayor cantidad de cuerpos cetónicos en comparación con ácidos grasos de cadena larga. 

    A corto plazo (6 meses a  1 año), la dieta cetogénica se ha asociado con una mayor pérdida de grasa corporal (9.7%) en comparación una dieta baja en grasas (2.1%). También ha mostrado mejorar la sensibilidad a la insulina, coadyuvar en el control de la glucosa, disminuir la concentración de triglicéridos, incrementar la concentración de colesterol bueno (HDL), disminuir circunferencia de cintura  y presión arterial. Entre los efectos adversos reportados destacan: mareo, fatiga estreñimiento e incremento en la concentración sérica de LDL (colesterol malo).

    Debido a la restricción severa de carbohidratos y elevada ingesta de lípidos, se requiere una previa valoración nutricia antes de iniciar con una dieta cetogénica, ya que NO todos los pacientes pueden verse beneficiados, tal es el caso de pacientes con diabetes que toman hipoglucemiantes (fármaco para disminuir la glucosa), pacientes con colesterol malo elevado (LDL) y en pacientes con hipertensión. En este último grupo, recomienda monitorear la presión arterial y realizar ajustes si es necesario. Los pacientes que SÍ podrían responder favorablemente son aquellos con sobrepeso, obesidad, síndrome metabólico y prediabetes. 

    Desde mi punto de vista como nutrióloga, la dieta cetogénica puede utilizarse como una estrategia de pérdida de grasa durante 1-3 meses con el adecuado monitoreo,  debido a que NO es sostenible a largo plazo, como lo es un patrón de alimentación saludable que incluya todos los grupos de alimentos. Finalmente debe prestar especial atención a los productos industrializados “KETO” que suelen venderlos como productos “dietéticos” ya que son sumamente energéticos y altos en grasa. Este tipo de productos podrían ser una alternativa SÓLO para aquellos pacientes que se encuentran bajo el régimen de una dieta cetogénica recomendada por nutriólogas.

    Referencias Bibliográficas
    Walczyk T y Wick J. The ketogenic diet: making a comeback. The Consultant Pharmacist® 2017, 32(7), 388-396.
    Abbasi J. Interest in the ketogenic diet grows for weight loss and type 2 diabetes. JAMA 2018; 319(3): 215-217.


  • ¿Cuándo suplementarse con creatina?

    La creatina es un compuesto de aminoácidos no proteicos que se encuentran de forma natural en la carne roja y en los mariscos. Es sintetizada por el riñón y el hígado y el 95% es almacenada en los músculos. Del 1 al 2% de la creatina se degrada a creatinina y se excreta por la orina. Por ello para mantener en balance las reservas de creatinina se necesitan reponer de 1 a 3 gramos de creatina por día. El 50% de las necesidades diarias de creatina se obtiene de la dieta, considerando  que 454g carne o salmón crudo equivalen a 1-2 gramos de creatina, logrando así que las reservas de saturen de un 60 a 80%. De tal manera, que la suplementación con creatina permite incrementar la creatina muscular en un 20 a 40%. Cabe señalar que se absorbe en un 100% y los niveles de creatina incrementan después de 60 minutos de la suplementación.


    El suplemento de “monohidrato de creatina” es la forma de creatina más estudiada y clínicamente más efectiva para incrementar masa muscular y mejorar el rendimiento de entrenamientos y deportes de alta intensidad (sprints, futbol soccer, futbol americano, basquetbol y tenis). Investigaciones científicas han demostrado que además, previene lesiones musculoesqueléticas, disminuyen los calambres y permite la rápida recuperación del deportista.  Actualmente este tipo de suplemento, puede emplearse en olimpiadas sin penalizaciones, por ello, es uno de los suplementos más utilizados en deportistas y atletas de alta rendimiento. 

    La Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva (ISSN), declara que la creatina como suplemento ergogénico (aumenta la potencia muscular y es segura para todas las edades. Existe evidencia que la suplementación de hasta 30 gramos día de creatina durante 5 años, no ha mostrado efectos perjudiciales en individuos sanos. La dosis empleada en deportistas  antes del entrenamiento es de aproximadamente 0.3g/Kg/día o de 5 gramos 4 veces por día durante 5-7 días y posteriormente de 3-4 g/día como mantenimiento. En niños y adolescentes se deben extremar precauciones y podría ser una alternativa favorable sólo  cuando:

    • El entrenamiento sea supervisado
    • El deporte sea a nivel competitivo
    • Lleven una alimentación equilibrada 
    • No exceda la dosis recomendada

    La suplementación con creatina también ha mostrado incrementar masa muscular en otras poblaciones, incluyendo: adulto mayor, pacientes con distrofia muscular, parkinson, diabetes, osteoartritis y  fibromialgia. La dosis empleada en este de poblaciones es de 3 gramos por día durante 28 día, mostrando resultados favorables. 

    Creatina ideal para adultos de la tercera edad.

    Desde el punto de vista nutricio, para iniciar cualquier suplementación, se requiere una previa valoración completa por parte del nutriólogo y médico tratante, ya que en la mayoría de los casos no se requieren y pueden cubrirse las necesidades nutrimentales con una óptima alimentación. 

    Como todo producto o suplemento de “moda” que promete incrementar rápidamente la masa muscular, es común encontrar suplementaciones innecesarias en gimnasios y centros deportivos por personas no acreditadas, sobre todo cuando el ejercicio que se realiza es de intensidad leve a moderada y  sólo se práctica algunos días de la semana Exceder la dosis recomendada de este suplemento, aunado a no seguir un patrón de alimentación saludable y rutina de ejercicios constante, puede poner en riesgo tu salud y la de tu bolsillo. Incluso en atletas de alto rendimiento en donde su uso está justificado tiene que estar supervisado y monitoreado.

    Referencia Bibliográfica. 
    Kreider  R., Kalman  D, Antonio J, Ziegenfuss T, Wildman R, Collins R,  Lopez H. International Society of Sports Nutrition position stand: safety and efficacy of creatine supplementation in exercise, sport, and medicine. Journal of the International Society of Sports Nutrition 2017; 14(1): 1- 18.

  • Complicaciones de una diabetes mal controlada

    La prevalencia de diabetes ha incrementado de manera alarmante a nivel mundial y con ello la morbilidad, discapacidad y mortalidad. Con el paso del tiempo, una persona con diabetes mal controlada, le puede causar problemas severos en riñones, nervios, pies y corazón. En términos médicos se le conocen como complicaciones y se dividen en microvasculares (daño a pequeños vasos sanguíneos) y macrovasculares (daño a grandes vasos sanguíneos). Entre los factores de riesgo para presentar  tales complicaciones destacan el tabaquismo, bajo nivel de actividad física, sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial y lípidos elevados en sangre (1)

    Entre las principales complicaciones microvasculares  encontramos:

    • Nefropatía diabética: daño renal
    • Neuropatía: daño a los nervios, como el pie diabético
    • Retinopatía: daño a la retina del ojo que puede conducir a ceguera

    Las tres son daños crónicos e irreversibles, como consecuencia de un mal control de la glucosa.(1)

    Las complicaciones macrovasculares, se consideran las principales causas de muerte en el paciente con diabetes:

    • Cardiopatía isquémica (enfemedad ocasionada por la acumulación de placas de grasa en las artererias que restringen el flujo sanguíneo)
    • Insuficiencia cardíaca (enfermedad en la que el corazón ya no puede bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente)
    • Enfermedad vascular cerebral (es una alteración en las neuronas, que provoca disminución de flujo sanguíneo en el cerebro, acompañada de alteraciones cerebrales de manera momentánea o permanente). (2)

    En el caso de los accidentes cerebrovasculares, la personas con diabetes de 20 a 65 años de edad presentan 5 veces más riesgo de presentarlo en comparación con personas sin diabetes. (1)

    El control de la glucosa en ayuno (70-130 mg/dl) y 1-2 horas después de comer (<180 mg/dl), es una de las  medidas individuales eficaces para reducir el riesgo de complicaciones en pacientes con diabetes, aunado a mantener la presión arterial en cifras menores a 130/80 mmHg, no fumar, realizar ejercicio con regularidad y mantener un peso saludable. (2)

    Por lo tanto, TODA complicación de la diabetes, al igual que la misma enfermedad es PREVENIBLE mediante un estilo de vida saludable, sin embargo, una vez que se presentan las complicaciones, son irreversibles, incapacitantes, merman la calidad de vida e incrementan el riesgo de morir. Por ello es imprescindible realizar exámenes de laboratorio y revisiones de control de manera periódica con el médico especialista (oftalmólogo, endocrinólogo, nefrólogo, cardiólogo)  y nutriólogo al menos 1 vez por año; para determinar si una persona con diabetes está controlada. De acuerdo a la Asociación Americana de Diabetes, el objetivo del control glucémico en pacientes con diabetes para evitar complicaciones, es mantener un porcentaje de hemoglobina glucosilada (%HbA1C: promedio de la glucosa en los últimos 3 meses) menor al 7% en adultos SIN complicaciones y menor al 8% en adultos que ya presentan complicaciones micro y macrovasculares. (3)


    REFERENCIAS:

    Referencias bibliográficas

    1. Papatheodorou K, Papanas N, Banach M, Papazoglou D, Edmonds M. Complications of Diabetes 2016. Journal of Diabetes Research 2016; 1-3.
    2. Complicaciones macrovasculares en la diabetes mellitus tipo 2.  Revista de Endocrinología y Nutrición 2004;  12 (2): S23-S30 

    Care, D. (2019). 6. Glycemic Targets: Standards of Medical Care in Diabetes 2019. Diabetes Care, 42, S61.

  • ¿Puedo comer fruta si tengo diabetes?

    El restringir o evitar el consumo de fruta cuando se tiene diabetes, es una de las creencias y prácticas erróneas en nutrición más frecuentes encontradas en la práctica clínica, debido al mito común, en donde se infiere que las frutas al tener “demasiada azúcar”,  elevan los niveles de glucosa en sangre rápidamente. 

    Tal preocupación, se esclarece cuando hablamos del Índice Glucémico (IG) de los alimentos, que se define como la medida que evalúa la rapidez que tiene un alimento CON carbohidrato (frutas, cereales, lácteos y leguminosas) para elevar los niveles de glucosa en sangre. Alimentos SIN carbohidratos como la carne, huevo, quesos y grasas no tienenÍndice Glucémico. (1).  En el caso de las frutas que contiene “fructosa” como carbohidrato, la mayoría tienen bajos a medios índices glucémicos, por lo que no generan cambios abruptos en los niveles de glucosa, además de ser excelentes fuentes de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y obesidad.(2)

    Por lo tanto, un paciente con diabetes puede incluir en su dieta habitual frutas, siempre y cuando sean enteras o con bagazo y NUNCA reemplazarlas por aguas o jugos de frutas, ya que nutricionalmente NO se consideran frutas naturales. Tal recomendación aplica también para niños, adolescentes y adultos sanos debido a que los beneficios de la fruta solo se obtienen al disfrutarlas enteras de lo contrario se ingiere fructosa en mayor proporción (1 litro jugo de naranja= 13 naranjas), se eleva la ingesta energética y se omite el aporte de fibra, vitaminas y minerales.

    La porción y la frecuencia es una pieza clave para evitar descontrol glucémico,  en promedio una porción es igual a 1 taza de fruta o 1 pieza que aporta 15 g de carbohidrato y 70 Kcal. Dependiendo de las necesidades de cada persona y del automonitoreo capilar de los niveles de glucosa, un adulto con diabetes puede ingerir de 2-3 porciones por día.

    Finalmente, un alimento por sí sólo no hace la diferencia en la salud de las personas,  de acuerdo a la evidencia científica para prevenir y tratar la diabetes que disminuya riesgo de complicaciones,  lejos de evitar el consumo de un grupo de alimento, se requiere llevar un patrón de alimentación saludable que incluya verduras, frutas, leguminosas, alimentos de origen animal bajos en grasa y grasas saludables (ej. oleaginosas, aguacate); y evite al máximo el consumo de AZÚCAR (la OMS sugiere consumir máximo 25 g/día), alimentos ultraprocesados y carnes rojas ( 1 vez por semana), en conjunto con estilo de vida  saludable que incluya ejercicio ( al menos 150 minutos a la semana),  manejo de estrés, monitoreo de presión arterial y glucosa, óptimo apego al tratamiento farmacológico, evitar fumar  y beber con moderación alcohol (1 copa mujeres; 2 copas hombres). (3,4)


    Fuentes:

    1. Vega S, Venn B y Slavin J. Relevance of the Glycemic Index and Glycemic Load for Body Weight, Diabetes, and Cardiovascular Disease. Nutrients 2018, 10: 1-27.
    2. Slavin J y Lloyd B. Health Benefits of Fruits and Vegetables. Adv  Nutr 2012, 3: 506-516  
    3. Ley S, Hamdy O, Mohan V, Hu F. Prevention and management of type 2 diabetes: dietary components and nutritional strategies. Lancet 2014; 383:1999-2007 
    4.  Adeva M, Rañal E,  Vila M, Fernández C, Funcasta R. Castro E. Dietary habits contribute to define the risk of type 2 diabetes in humans 
  • Shokuikui: La estrategia nutricional en las escuelas de Japón

    La obesidad es una enfermedad caracterizada por la acumulación excesiva de grasa, como consecuencia de un desequilibrio entre la ingesta de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y lípidos) y el  gasto energético. A nivel mundial, se considera un problema severo de Salud Pública debido a que es un enfermedad multifactorial, que requiere de una intervención integral para lograr combatirla. Entre las múltiples causas destacan: la edad (a mayor edad, el metabolismo disminuye), el sexo (declive de hormonas anabólicas y estrógenos tras la menopausia), la genética, el sedentarismo,  factores biológicos, factores emocionales (estrés, ansiedad y/o depresión), factores económicos, algunos fármacos, enfermedades endocrinas (hipotiroidismo), alteración en la microbiota intestinal y un ambiente obesogénico en el que existe una amplia disponibilidad de alimentos de alta densidad energética y baja densidad nutrimental (1).

    Desde el año 2002, la evidencia científica demostró en un estudio llamado “Diabetes Prevention Study”,  que la intervención del estilo de vida fue significativamente más efectiva que la intervención farmacológica aislada. Dicho estudio incluyó una muestra de 3,234 personas con niveles elevados de glucosa en ayuno después de una carga oral de glucosa. La población de estudio, la dividieron en dos grupos de intervención y un grupo control, uno de los grupos de intervención siguió un programa de modificación del estilo de vida con el objetivo de disminuir el 7% del peso corporal y realizar al menos 150 minutos de actividad física por semana; otro grupo recibió tratamiento farmacológico con metformina. Después de un seguimiento de la población de estudio de 2.8 años, se encontró que la intervención en el estilo de vida redujo la incidencia de diabetes tipo 2 en un 58% por ciento y la metformina sólo en un 31%, en comparación con el grupo placebo. (2).

    Nutricionalmente para poder realizar cambios en en el estilo de vida, es indispensable que el nutriólogo otorgue educación nutricional al paciente,  para empoderar y modificar voluntariamente conductas alimentarias, respetando sus preferencias y cultura alimentaria. 

    Desde hace 8 años, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, reconocía que la Educación Nutricional debe estar en primer plano, ya que por sí sola ha demostrado mejorar el patrón de alimentación y el estado nutricio; además de resultar económico, viable y sostenible a largo plazo (3).

    Un ejemplo claro de la importancia de la educación nutricional, es Japón, uno de los países con menores tasas de obesidad y mayor esperanza de vida, quien implementó desde el 2005 como estrategia para combatir la obesidad, un programa educativo en las escuelas llamado Shokuikui (Shoku=Dieta e Ikui=formación integral), que consta de impartir materias de nutrición, en el mismo nivel de importancia de materias exactas como matemáticas y ciencias. Dicho programa mostró una reducción del 20% en la tasa de sobrepeso y obesidad infantil en un plazo de 10 años (4).

    En conclusión, debido a que el problema del sobrepeso y obesidad  de la población reside en gran medida en el estilo de vida que incluye: alimentación, ejercicio, sueño, exposición a la luz solar para sintetizar vitamina D, manejo del estrés Y adherencia al tratamiento farmacológico. Sólo cuando todos los integrantes de equipo de la salud incluyendo nutriólogo, médico, psicólogo y acondicionador físico, realizan intervención en el estilo de vida de las personas tomando como base la educación, el cambio de conducta se sostiene a largo plazo, se disminuye el riesgo de enfermar y mejora la calidad de vida; de lo contrario serían medidas aisladas que por sí solas no disminuirán la prevalencia de sobrepeso y obesidad en México.


    FUENTE:
    Lecube A, Monereo S, Rubio M, Martínez P, Martí A, Salvador J et al. Prevención, diagnóstico y tratamiento de la obesidad. Posicionamiento de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad de 2016. Endocrinol Diabetes Nutr. 2017; 64 (S1): 15-22
    Knowler W , Barrett E, Fowler E, Hamman F, Lachin M , Walker E y Nathan D. Reduction in the incidence of type 2 diabetes with lifestyle intervention or metformin. The New England journal of medicine 2002, 346(6), 393-403.
    Grupo de Educación Nutricional y de sensibilización del consumidor (2011). La importancia de la educación nutricional. FAO: Roma. 2011. Dispoible en: http://www.fao.org/ag/humannutrition/31779-02a54ce633a9507824a8e1165d4ae1d92.pdf
    Japón combate obesidad con materia sobre nutrición. El Universal. 8 Octubre 2018. Disponible en: https://www.elbotiquin.mx/medicina-general/japon-combate-obesidad-con-materia-sobre-nutricion

  • Por qué un nuevo etiquetado en México y la urgencia de una estrategia educativa nutricional

    De acuerdo a un reporte realizado en el 2015 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en donde se examinaron las tendencias en las ventas de productos ultraprocesados en 13 países de América Latina (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela) durante el período del 2000 al 2013, las ventas de productos ultraprocesados aumentaron en 43,7% (de 328 055 kilotoneladas en el 2000 a 471 476 kilotoneladas en el 2013). El primer mercado en el mundo en ventas de productos ultraprocesados fue América del Norte (Estado Unidos y Canadá), con un 31.4%.  El segundo mercado más grande en el 2000 fue el de Asia y el Pacífico asiático (con 19,5% de participación en el volumen mundial), seguido por Europa occidental (19,3%) y América Latina (16,3%). Cabe señalar, que durante el mismo período, las ventas en América Latina aumentaron en casi 50%. Por consiguiente, aunque la venta de productos industrializados sigue siendo mayor en países ingresos altos, se ha presentado un ritmo de crecimiento acelerado de ventas en países de ingresos medianos y bajos (1). 

    En México las ventas de productos y bebidas ultraprocesados  aumentaron de 164.3 Kg en el 2000 a 212.2 Kg (580 gr/día) en el 2013 (crecimiento 29.2%), ocupando el primer lugar de los 13 países latinoamericanos. (1) Incluso, se ha estimado que más de 58% de la energía total (kilocalorías) consumida por los mexicanos proviene de alimentos procesados.(2)

    Además de que la compra de productos industrializados se ha duplicado en las últimas tres décadas; la compra de alimentos no procesados o mínimamente procesados ha disminuido gradualmente, en gran medida por la inserción de la mujer en el sector laboral (3). Por otro lado, el 51% de los mexicanos reportan comer fuera del hogar al menos 1 vez por semana ya sea en fondas, puestos ambulantes y/o restaurantes de comida rápida, en su mayoría alimentos de alta densidad energética y baja densidad nutrimental y que no están etiquetados como los productos industrializados(4). 

    Entre las políticas y acciones reconocidas como costo efectivas para el control de la obesidad y las enfermedades crónico degenerativas en la población, se encuentra la orientación sobre la elección de alimentos saludables, a través de un Sistema de Etiquetado Frontal de Alimentos y Bebidas (SEFAB). (2) En este contexto, el pasado martes 8 de Octubre, con 458 fotos a favor, cero en contra y dos abstenciones,  la Cámara de Diputados aprobó la reforma de Ley General de Salud para establecer el Etiquetado Frontal de Advertencia en alimentos y bebidas industrializados, que rebasen los valores establecidos por la Secretaría de Salud, en energía, azúcar, grasas saturadas y sodio (5).

    El nuevo etiquetado de advertencia con pictogramas en forma de octógonos negros/rojos o triángulos, se ha implementado en otros países de latinoamérica como Chile, Brasil, Uruguay y Perú, para que el consumidor incluyendo niños y adultos puedan realizar elecciones informadas de forma rápida, clara y sencilla y se logre desalentar el consumo de productos nocivos para la salud, con la finalidad de frenar la epidemia de sobrepeso y obesidad. (6) Este etiquetado genera cambios en la decisión de consumo con base al número de octógonos, sin embargo, no  ha demostrado tener impacto en la salud de la población a largo plazo, debido al corto tiempo de su implementación en otros países de América Latina. 

    En materia de educación nutricional, en una revisión de 17 estudios científicos, la mayoría de Estados Unidos en el que se incluyeron niños, adultos, adultos mayores y pacientes con diabetes, en donde se evaluó el efecto de los programas de educación nutricional para la lectura de etiquetas nutrimentales, se demostró que la educación nutricional optimiza la comprensión y el uso de las etiquetas nutrimentales, por lo que, los autores concluyeron que la educación nutricional podría mejorar el impacto de la información de las etiquetas en la salud. (7) Asimismo, la educación nutricional, ha demostrado aumentar significativamente el conocimiento, capacidad y habilidad para tomar decisiones; mejora la calidad de la dieta, disminuye los niveles de glucosa, lípidos y peso corporal en latinos con Diabetes Mellitus. (8)

    Por lo anterior, aunque México, ha dado un gran paso en materia de políticas públicas para disminuir la prevalencia de sobrepeso y obesidad, no ha considerado la educación nutricional como una prioridad. Se debe tener muy claro que la obesidad es una enfermedad multifactorial y nuestras decisiones están determinadas por el acceso/disponibilidad de alimentos, costos, publicidad, estilo de vida, estado de ánimo y preferencias alimentarias. Por ello, resulta necesario la implementación de una Estrategia Educativa Nutricional a Nivel Nacional, como herramienta para tomar decisiones más saludables que genere conciencia en la población sobre los efectos a la salud asociados al consumo excesivo de nutrimentos críticos, en productos industrializados y también en los no envasados. En donde las personas, además aprendan a leer todos los componentes de una etiqueta incluyendo los octógonos de advertencia, la lista de ingredientes, porciones y la información de la tabla nutrimental (calorías, gramos de carbohidratos, proteínas y lípidos) de un producto, así el consumidor podrá evaluar la calidad de un producto y saber si este, puede ser parte de su dieta habitual, más allá de sólo hacer elecciones por el número de sellos de un producto. 

    Desde mi punto de vista como Nutrióloga Clínica, para hacer frente a la epidemia de sobrepeso y obesidad que afecta México, el cambio en el etiquetado de alimentos con los puntos de corte recomendados por organismos internacionales como la OMS y OPS, tiene que ir de la mano de una fuerte Estrategia Educativa Nutricional a Nivel Nacional, para que tenga el impacto esperado a largo plazo, como la evidencia científica lo ha demostrado.


    FUENTE:

    1. Organización Mundial de la Salud. Organización Panamericana de la Salud. Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas. Washington, D.C.; 2015.
    2. Comité de expertos académicos nacionales del etiquetado frontal de alimentos y bebidas no alcohólicas para una mejor salud. Sistema de etiquetado frontal de alimentos y bebidas para México: una estrategia para la toma de decisiones saludables. Salud Publica Mex. 2018;60(4):479–86. 
    3. Marrón J, Tolentino L, Hernández M, Batis C. Trends in Ultra-Processed Food Purchases from 1984 to 2016 in Mexican Households. Nutrients. 2019;11:1–15. 
    4. García Urigüen P. Estudio de las tendencias alimentarias. En: La alimentación de los mexicanos. Cambios sociales y económicos, y su impacto en los hábitos alimenticios. CANACINTRA México. 2012. pp. 104-105. 
    5. Diputados aprueban etiquetado frontal de alimentos. Disponible en: https://aristeguinoticias.com/0110/mexico/diputados-aprueban-etiquetado-frontal-en-alimentos/
    6. Sánchez K, Balderas N, Munguía A, Barquera S. El etiquetado de alimentos y bebidas: la experiencia en México. Instituto Nacional de Salud Pública.  2018 
    7. Moore S, Donnelly J, Jones S, Cade J. Effect of Educational Interventions on Understanding and Use of Nutrition Labels: A Systematic Review. Nutrients. 2018;10(1432):1–14. 

    Kollannoor-Samuel, G.; Shebl, F.M.; Segura-Pérez, S.; Chhabra, J.; Vega-López, S.; Pérez-Escamilla, R. Effects of Food Label Use on Diet Quality and Glycemic Control Among Latinos With Type 2 Diabetes in a Community Health Worker-Supported Intervention. Am. J. Public Health 2016, 106, 1059–1066.